Melina Rosana Medrano

Entre recuerdos amontonados y miedos coleccionados escribo mi resumen de este viaje a Argentina. Nos ha sido fácil pasar poco más de un mes en vacaciones familiares con el embarazo arcoiris, nuestra hija arcoiris de 6 años y nuestras familias muy esparcidas por el extenso país latinoamericano. Pero intentaré un breve resumen de la experiencia, un poco obligada por mí conciencia a no olvidarme de vosotras y otro poco como ayuda memoria para no repetir los errores. Si quieres ver el vídeo del canal contando otras variantes y con las fotos que nos hicimos puedes verlo pinchando aquí.

Lo primero fue enfrentar el viaje, desde que se que tengo trombofilia los viajes en avión han sido una nueva experiencia, por lo que he tratado de en lo posible evitarlos o tomar todas las precauciones posibles para evitar trombos por la despresurización, pero viajar embarazada con estos antecedentes ha sido como tener unos fuertes parlantes gritándome al oído «no puedes dormirte, debes caminar cada hora, y si te distraes con una peli se te pasará el tiempo, creo que ya es hora de caminar, cómo está tu cuerpo, te has dado cuenta que ya tienes 40 ya no es lo mismo que el embarazo anterior, te has aplicado bien la heparina? Calculemos. . Y si ahora que quiero hacer pis pasa eso que le pasó a ha… Que perdió su bebé en el avión? No será mi caso? Camina ya! Cuidado no puedes dejar sola a tu hija de 6 mejor levántala, mejor dejala dormir y la miras, y si se asusta y no la escuchas por el ruido del avión, cuánto tiempo pasó de la última caminata, mira que viajar embarazada… » Y así horas de reflexión incansable ,torturante, sobre el vuelo de 13 horas, y la clara intención de no estresarme más. Obvio ese agregado no es menor.

Luego de ese viaje donde no es solo no haber dormido absolutamente nada, viene el llegar y no poder descansar, acomodar de buenas a primeras tús horarios y el de tu hija para todo. El choque brusco entre la idílica fantasía que imaginaste antes de viajar y el choque con la realidad que te grita «todo sigue igual» en el momento más calmo del impacto. La sensación de almas pegoteadas ajustadas y mezcladas , por el calor y las mesas pequeñas para tantos comensales, hacen de el primer impacto co la realidad un deseo irrefutable de dormir y recuperarse pronto.

Pero ahí llega el cambio de clima y sus hermosos efectos en la gripe y el no poder tomar nada porque estás embarazada, si con ellos llegan los ángeles proyectores que te cuidan como lo necesitas para sobrevivir, pero sigues a cargo de una niña hermosa y paciente pero que solo quiere dormir con mamá, y poco puede hacer papá para ayudar con eso.

Sin marear, vienen días de mucho frío inesperado, calor sofocante, cama y reposo. Hasta que parece que los mocos y la tos no te van a dejar disfrutar de nada, pero pasas fiestas familiares dándolo todo para levantarte revuelta de más gripe y mocos y eso se repite una y otra vez. Mientras la panza crece.

Y crecen los miedos. La visita al ginecólogo, el no escucha rel latidos para pasar unas horas mortales hasta que un ecógrafo hace su magia y te vuelve a dar vida con los latidos de tu bebé, y vuelta a las pastillas , extras las que ya tomas con las inyecciones diarias de heparina. Y el segundo susto con el sangrado, el deseo irrefutable de que esté bebé guerrero se quedé con nosotros y nos abandone pronto como los hermanitos estrellas que amamos pero no podemos abrazar.

Y más viajes, más vueltas, ves menos amigos de los que querías, no puedes moverte mucho, la prioridad es clara pero seguimos viajando, somos 4 en este viaje y las cosas siguen moviéndose. Y tú lamentando decisiones , inversiones, y el horror de los gastos de vida que lleva este país. Pero ahí siguen los ángeles y sus cuidados, siguen esas manos amigas y esos platos en la mesa y esas camas gratis.

Y llega la vuelta, te parece que te enfrentas al mar bravo que ya conoces, pero llegas ya más cansada con la panza más grande y la maleta que se pierde y deciden pedir asistencia, y resolverlo aceptando las limitaciones que llevamos. Y así duermes aún menos en el vuelo, pero ya cuentas con la suerte de tu siempre compañero, encaanrgandose de tu niña, ya conoces las voces del miedos y puedes bajar un poco el volumen en que llegan, pero agotan, física y mentalmente.

Y así llegas de nuevo a casa , a resolver la vida entre los cuatro, deseando vacaciones de las vacaciones, pero la vida sigue y no espera y te pones al día de todo lo que dejaste atrás … Y seguimos … Lo superamos y hasta el momento los cuatros seguimos aquí dándolo todo.

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